Colombia

AVILA EXPERIENCE

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Datos de Contacto
Calle 93A #14 37 Oficina 305, 
Chicó, Bogotá
T: +57 1 5085432

Director General: Juan Carlos González, juan@avilaexperiencetravel.com (Español)
Reservas Generales: Saron Nieto, reservas@avilaexperiencetravel.com (Español)


Situado justo sobre la línea ecuatorial, Colombia goza de una biodiversidad que hace posible la convivencia, en un mismo país, de paisajes y ecosistemas tan variados que van desde playas e islas caribeñas hasta un altiplano salpicado de cumbres andinas nevadas y lagos a gran altitud. Entre ambos extremos, la geografía de Colombia se completa con plácidas y verdes colinas donde crece el café, su producto nacional más representativo, una inmensa llanura de praderas tropicales donde pulula una gran cantidad de fauna salvaje, y un considerable territorio de selva amazónica. Además, el interés y belleza de estos paisajes se potencian con la presencia de innumerables y evocadoras ciudades coloniales que parecen haberse detenido en el tiempo, un fascinante conjunto de yacimientos arqueológicos, y una gran oferta de actividades al aire libre. Gracias a la notoria mejoría de su seguridad e infraestructura, y sobre todo a la inigualable hospitalidad y chispa de su gente, Colombia ofrece una experiencia tan excepcional como variada que garantiza el éxito de cualquier tipo de viaje.
 
Nombre oficial: República de Colombia
 
Régimen Político: Presidencialista
 
Superficie: 1.142.748 km² (el doble del territorio de España)
 
Población: 48 millones (según censo 2018)
 
Capital: Bogotá (7,5 millones de habitantes en 2018)
 
Etnias: La diversidad étnica en Colombia es el resultado de la mezcla de amerindios indígenas, colonos españoles y esclavos africanos, lo que da lugar a una población de mestizos, blancos, mulatos y negros, así como a la de mezcla negros y amerindios, o zambos. Las proporciones de los diferentes grupos étnicos varían notoriamente según la región. Hoy, sólo aproximadamente el 1% de los colombianos puede ser identificado totalmente como amerindio, tomando como base su lengua.
 
Idioma: El Castellano es el idioma oficial de Colombia, aunque existen variantes locales que incluyen numerosos dialectos como el paisa (Medellín y Viejo Caldas), el valluno, el rolo (Bogotá y el centro del país), el costeño, el pastuso, el patojo (del Cauca), el opita, el santandereano, el boyaco y el chocoano. Además, las lenguas de los grupos étnicos también son reconocidas constitucionalmente como oficiales en su territorio. En total son 65 lenguas indígenas americanas las que subsisten en 22 de los 32 departamentos que conforman Colombia. Por ley es obligatoria la enseñanza bilingüe en las zonas con tradición lingüística propia. Por último, es importante destacar las lenguas criollas habladas por comunidades afrocolombianas: el criollo palenquero, del Palenque de San Basilio (Bolívar), y el inglés criollo sanadresano, del archipiélago de San Andrés y Providencia
 
Religión: El 92% de la población se declara católica, mientras que el 8% restante está constituido por comunidades religiosas como testigos de Jehová, mormones, musulmanes, judíos y animistas.

Formalidades y Datos Útiles

Visados
Los ciudadanos pertenecientes a los países de la Comunidad Económica Europea no necesitan de un visado de entrada a Colombia. A su llegada se les estampa el visado con un permiso de 30 días para visitar el país.
 
Condiciones sanitarias
No existe ninguna vacuna obligatoria. Son recomendables las vacunas contra las Hepatitis A y B, Tifoidea, Tétanos y profilaxis contra la Malaria en casos específicos. Se aconseja seguir los concejos de la web del Ministerio de Sanidad y Consumo, o consultar con el departamento de sanidad exterior o medicina tropical de los centros médicos en cada comunidad.
 
Clima
Colombia se localiza completamente dentro de la zona tórrida, un término meteorológico que designa las áreas de la superficie de la Tierra entre el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio. Sin embargo, el clima varía según la altitud, y la presencia de los Andes complica aún más el mapa climatológico del país en cuanto a la presencia de lluvias. Sin embargo, se puede decir, sin miedo a equivocarse, que cualquier época del año es buena para visitar Colombia. A partir de ahí, conviene tener en cuenta que a partir de septiembre comienzan las lluvias generalizadas en la mayor parte del país, siendo octubre el mes más lluvioso del año, seguido de noviembre. Quienes deseen disfrutar de los encantos de las playas del Caribe deben evitar estos meses. 
 
Hora local
GMT – 5, sin cambio de hora en verano.  
               
Electricidad
Corriente de 120 V, a 60 Hz. Existen enchufes con 2 clavijas planas, y con dos clavijas planas y una redonda, por lo que es necesario llevar un adaptador.
 
Dinero
La moneda oficial de Colombia es el Peso Colombiano, COP. Tanto los Dólares Americanos como los Euros se pueden cambiar en casas de cambio, bancos y hoteles, aunque el trámite no es rápido y las tasas de cambio no son buenas, especialmente en el caso del Euro. El uso de las tarjetas está ampliamente extendido, tanto para realizar pagos como para el retiro de dinero. Los avances con tarjeta de crédito son el medio más eficiente para obtener pesos estando de viaje. 
¿Qué ver en Colombia?
Bogotá
Anidada al alero de altas cumbres andinas, Bogotá es la capital de Colombia (7,5 millones de habitantes), la tercera capital a más altura del mundo (2650 msnm), y el más que probable punto de entrada al país. Bogotá es una ciudad fresca, vibrante, con una enorme oferta cultural que se organiza a partir de La Candelaria, su centro histórico empedrado. Caminar por sus calles adoquinadas es ser espectador de un espacio donde la arquitectura, el arte y la cultura se unen para contar la historia del lugar donde nació la ciudad. En esta zona se encuentran una gran cantidad de museos, hoteles, restaurantes y bares ocupando edificios y casas coloniales, así como iglesias y monasterios con más de 300 años de antigüedad. 
Los lugares más sobresalientes a visitar en Bogotá son:
Plaza Bolivar; marca el epicentro del barrio colonial de La Candelaria, y normalmente es el punto de partida para recorrer la ciudad antigua. Posee una estatua de bronce de Simón Bolivar, que data del 1846.
Museo Botero; Situado dentro del complejo de museos del Banco de la República, este museo exhibe una gran cantidad de obras del artista colombiano más famoso, Fernando Botero.
Museo de Santa Clara; se trata de una de las iglesias más antiguas y más ricamente decoradas de Bogotá. Entre la enorme cantidad de iglesias existentes en la ciudad, sin duda esta es una de las más recomendadas.
Casa de Moneda; Su exhibición recorre la evolución de la existencia del dinero en Colombia, empezando con vasijas precolombinas usadas como moneda de cambio (trueque), pasando por las primeras monedas, la creación del banco central del país en el 1830, y acabando con la elaboración de las monedas actuales.
Museo del Oro; contiene unas 55.000 piezas fabricadas de oro y otros materiales provenientes de las principales culturas prehispánicas de Colombia. Se trata del museo más famoso de Colombia, y uno de los más fascinantes de todo Sudamérica. 
Iglesia de San Francisco; la iglesia más antigua de Bogotá, construida entre el 1557 y el 1621. Su retablo dorado del siglo XVII representa la pieza de arte más elaborada y preciosa de la ciudad.
Cerro Monserrate; Desde su cima, a 3152 msnm, se domina la vista sobre la capital, y en un día despejado se alcanza a divisar hasta la cumbre del Nevado de Tolima, a unos 150 km de distancia. Aquí también se encuentra el santuario del señor Caído de Monserrate, lugar de peregrinación de nacionales y extranjeros debido a los poderes milagrosos de la imagen del altar, el cual se halla rodeado de una exuberante vegetación y desde donde se aprecia el mejor paisaje de la sabana bogotana. Para llegar a su cima hay que subir una empinada escalera de 1500 escalones (60 minutos), o tomar el cómodo teleférico o funicular que salen desde La Candelaria.
 
Medellín y eje cafetero
Segunda ciudad más poblada de Colombia (2,5 millones de habitantes), Medellín destaca por su aire cosmopolita personificado en enormes edificios de oficina y una gran oferta de ocio, especialmente de grandes discotecas que se repletan los fines de semana. Situada en el fondo de un profundo valle escoltado por grandes cumbres, Medellín goza de un clima muy agradable y temperaturas muy moderadas durante todo el año. Aunque la capital de la región de Antioquia fue durante años el epicentro del tráfico de drogas de Colombia, el cual generó un gran índice de violencia e inseguridad, actualmente Medellín es un destino muy seguro e imprescindible si se quiere conocer el “mundo paisa” del país, que no es otro que el mundo rural asociado a las plantaciones de café y de flores de esta región. 
Lo más destacado a visitar en Medellín y sus alrededores es:
La Comuna 13; hasta hace pocos años uno de los barrios más marginales y peligrosos de la ciudad, hoy en día esta zona es visita obligada para conocer la evolución de la ciudad tras la desaparición de los cárteles de la droga. Grafitis y murales acompañan las escaleras que ascienden desde el plano hasta un mirador con bellas vistas a la ciudad.     
Museo Casa de la Memoria; impresionante museo dedicado al conflicto urbano que vivió Medellín como producto de guerra de los cárteles, a su vez que a la memoria de sus víctimas.
Peñón de Guatapé; situado a unos 70 kilómetros al este de Medellín, este imponente monolito de granito se yergue 200 metros por sobre el embalse Guatapé. Una escalera de 659 escalones, construidos aprovechando una grieta natural de la piedra, asciende hasta el mirador de la cima, desde donde las vistas son espectaculares. Aunque no se ascienda la roca, la visita a la zona del embalse sigue valiendo la pena por la gran belleza del entorno natural.
Jardín; situada a unos 130 km al sur de Medellín, este coqueto pueblo rural se ha autoproclamado como el más bonito de Antioquia. Y la verdad es que, además de su bucólica imagen de casas de dos plantas y vivos colores, sus calles y plazas rebosan de una pletórica actividad comercial que la llenan de vida. Jardín constituye también una buena base para descansar por una noche a quienes viajan por tierra entre la zona cafetera y Medellín.
 
Eje cafetero
A unos 200 kilómetros al sur de Medellín, la zona cafetera de Colombia es una región de gran belleza dominada por la presencia de inmensas plantaciones de café arábigo. El Eje Cafetero abarca principalmente los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, cuyas capitales (Manizales, Pereira y Armenia, respectivamente) y sus alrededores son los principales proveedores de servicios turísticos de esta región que permanece fuertemente ligada a la cultura antioqueña, o paisa. Muchas de las haciendas activas dedicadas al cultivo del café permanecen abiertas al visitante, constituyendo uno de los mayores atractivos de la región. En ellas se enseña todo lo que hay que saber sobre el proceso del cultivo del café, y su visita es especialmente interesante durante las épocas de la cosecha (abril y mayo, octubre y noviembre), cuando las haciendas se encuentran especialmente activas. Por otra parte, ente los numerosos pueblos de la zona, destaca especialmente el pueblo de Salento, uno de los pueblos más antiguos del Quindío, en el que se destacan sus calles y casas coloridas que parecen albergar lo mejor de una región amable, pujante y trabajadora. 
Además de las haciendas cafeteras y los pueblos, la región ofrece otros atractivos de índole natural, incluyendo; 
Parque Nacional Los Nevados; ofrece la posibilidad de explorar un espectacular tramo de los Andes colombianos que incluye una gran variedad de ecosistemas que van desde bosques nubosos a glaciares andinos, pasando por la planicie del páramo. El parque ofrece la posibilidad de organizar viajes por el día para visitar algunas de sus cumbres más emblemáticas, como el Nevado del Ruiz (5321 msnm), y también rutas de senderismo de varios días. 
Valle de Cocora; entre los muchísimos y ensoñadores paisajes que ofrece Colombia y la zona cafetera, este valle se encuentra sin duda entre los mejores del país. Se trata de un ancho y verde valle flanqueado de altas cumbres andinas, y cubierto de palmas de cera, la palmera más alta del mundo, capaz de superar los 50 metros de altura, y que además es el árbol nacional de Colombia. Es un lugar al que fácilmente se le puede dedicar un medio día de visita, el cual normalmente se hace corto.
 
Cartagena de Indias y Costa del Caribe
La soleada y espectacular franja costera del norte de Colombia está bañada por el Mar Caribe, y alberga mucho más que playas y palmeras. Cartagena de Indias, su ciudad más emblemática, es junto a Bogotá y el Eje Cafetero uno de los destinos imprescindibles de cualquier visita al país. Además de sus ciudades coloniales, la costa del Caribe esconde muchos otros tesoros naturales y culturales, cuya lista resulta difícil de resumir:
Cartagena de Indias; indiscutiblemente, esta ciudad merece ser considerada como la joya de la corona del Caribe colombiano, gracias a su enorme magnetismo, magia, y legado histórico y cultural. Sus centenarios e impresionantes muros cuidan de un fascinante casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad, donde prevalecen las calles adoquinadas, casas de dos plantas y balcones embelesados con flores, y un montón de edificios e iglesias coloniales. Tal vez los dos lugares más fascinantes de Cartagena son su Castillo de San Felipe de Barajas, un lugar estratégico desde donde observar las invasiones a la ciudad por tierra o por la bahía de Cartagena, y el magnífico Convento de La Popa, que se eleva sobre la ciudad desde lo alto de sus 145 metros. Justo fuera de las murallas de la ciudad, recientemente el barrio de Getsemaní, el barrio “cool” de Cartagena, ha aumentado mucho su popularidad entre los visitantes, y es especialmente conocido por sus grafitis, su atmósfera relajada y la mayor autenticidad de la vida cotidiana de sus vecinos. Indispensable en toda visita a Cartagena es la experiencia de rones colombianos, que recorre desde la fascinante historia de los orígenes del ron hasta el día de hoy. Durante el tour se prueba la caña fresca, y se explica cada paso del proceso de elaboración del ron. 
Islas del Rosario; este archipiélago de 27 islas coralinas se encuentra a apenas 35 kilómetros de Cartagena de Indias. A pesar de que su coral se ha visto erosionado en la última década, y que normalmente se encuentran atestadas de visitantes, las islas siguen representando una muy buena opción para organizar una excursión por el día.
Isla Barú; situada frente a una península al sur de Cartagena de Indias, esta isla ofrece mucha más privacidad y tranquilidad que sus vecinas islas del Rosario. En esta zona son populares los tours nocturnos de bioluminiscencia en las playas cercanas a Cholón, donde es posible observar el plancton iluminarse desde el piso de arena blanca, sumergiéndose en el mar a baja profundidad, en las inmediaciones de un manglar. Barú cuenta con al menos un resort de lujo con una localización muy exclusiva.
Isla Múcura; situada a unos 90 minutos en lancha al sur de Cartagena de Indias, esta isla de playas coralinas ofrece una mayor variedad de alojamientos que isla Barú. Debido a su considerable distancia de las islas más visitadas, sus corales y vida submarina gozan de muy buena salud.
Santa Marta; situada a unos 250 kilómetros al este de Cartagena de Indias, la ciudad costera de Santa Marta ostenta el honor de ser la ciudad fundada por los europeos más antigua de Sudamérica (1525), constituyéndose en la primera puerta de entrada a la colonia española. A pesar de su pedigrí, la ciudad no resulta tan atractiva como su vecina, muy posiblemente debido a su caótico tráfico y el desbocado desarrollo urbanístico del que ha sido víctima. Sin embargo, la ciudad sigue siendo la mejor base para explorar un buen número de atractivos de la costa del Caribe, y tanto su casco antiguo como oferta de ocio nocturna bien valen la pena una visita.  
Parque Nacional Tayrona y Ciudad Perdida; este parque nacional incluye una angosta pero profunda franja de tierra que va desde la costa del Caribe hasta las cumbres de Sierra Nevada de Santa Marta, la cordillera costera más alta del mundo, pasando por un área de espesa selva húmeda. Aunque sus idílicas playas regalan postales por doquier, por lo general no son seguras para nadar y eso hace que una parte importante del atractivo del parque se encuentre en explorar su interior, hogar ancestral de la civilización Teyuna de los indígenas Tayrona. Aferrada a las empinadas laderas de la sierra, a varios días de caminata, la Ciudad Perdida de los Tayrona constituye una de las ciudades precolombinas más grandes descubiertas en Sudamérica. Se cree que esta ciudad, “redescubierta” en 1975, fue la capital de la civilización Teyuna, que en su era dorada incluía al menos otros 300 asentamientos similares, aunque más pequeños, unidos por senderos de piedra que recorrían valles, laderas y cumbres de la Sierra Nevada de San Marta.
 
Islas de San Andrés y Providencia
Aunque estas dos islas se encuentran muy lejos del territorio continental, a la altura de Nicaragua, políticamente forman parte de Colombia. Su principal atractivo son sus playas coralinas, sus arrecifes de coral vírgenes, y la típica atmósfera relajada del Caribe. 
San Andrés es la más grande de las dos, y la única en contar con un aeropuerto que recibe vuelos del continente, y por ello está más urbanizada y resulta más bulliciosa con la presencia de turistas colombianos. 
Providencia, a unos 90 kilómetros al norte de San Andrés, es algo más pequeña pero, sobre todo, menos concurrida y, por lo tanto, más tranquila. Esto hace que, si se hace el esfuerzo de volar hasta aquí en busca de una auténtica experiencia caribeña, Providencia es sin duda la mejor opción. Además de la oportunidad de tomar el sol en sus paradisiacas playas y descubrir el apasionante mundo submarino en sus arrecifes de coral, en Providencia es posible explorar la zona de manglares en la laguna Old Providence McBean, adentrarse en los exuberantes bosques de su interior, tierra de iguanas y cangrejos, para acabar ascendiendo a la cumbre de el Pico, que con sus 360 msnm es el punto más alto de la isla, y desde donde se ganan unas preciosas vistas. También vale la pena interesarse por el patrimonio colonial de la isla, personificado en pequeñas aldeas de casas de madera pintadas de colores. En ellas es fácil descubrir la cultura original de la población, producto del mestizaje de los primeros colonos ingleses, que llegaron a Providencia en el 1630, y sus esclavos traídos de Jamaica, cuya mezcla dio origen a una singular lengua anglo-creole que aún persiste.
 
Ruta de Pueblos Coloniales
Aunque no se trata de una provincia o región geográfica en particular dentro del territorio, esta denominación permite ordenar a todos los pueblos que históricamente formaron parte de la ruta utilizada por los ejércitos y colonos españoles para acceder desde Cartagena de Indias y Santa Marta hasta Bogotá. Una ruta de poco más de 1000 kilómetros, que hoy en día lleva menos de un día en recorrerse en coche, pero que hace 5 siglos implicaba una aventura de varias semanas por el corazón del país. Fieles testigos de aquella era colonial, muchos de los pueblos perduran anclados en el tiempo, ofreciéndonos la oportunidad de revivir muchos de los episodios cotidianos de aquella época. 
Ordenados a partir de Bogotá, los principales pueblos, ciudades y puntos de interés incluidos en esta ruta son:
Laguna de Guatavita y la Catedral de Sal; a unos 70 kilómetros al norte de Bogotá se encuentra Laguna de Guatavita, donde es posible conocer la Leyenda de El Dorado. Una caminata con escaleras en ascenso de 20 minutos conducen a su cima, desde donde disfrutar de la belleza de la laguna y el paisaje, así como de su historia. Un poco más al norte, el pueblo de Zipaquirá alberga una increíble catedral de Sal, a 180 metros de profundidad, la cual lleva la arquitectura religiosa a otros niveles. Esta iglesia fue construida en el interior de una mina de sal que ha sido explotada desde 1801, que tras cerrar fue reconvertida en una atracción turística
Villa de Leyva; a otros 140 kilómetros al noreste de Zipaquirá, Villa de Leyva suele ser la primera parada elegida para dormir durante el recorrido de la ruta de los pueblos coloniales, aunque por su cercanía con la capital también permite organizar su visita en un tour de día completo. Se trata de un pueblo muy fotogénico, donde todas sus calles permanecen adoquinadas y sus edificios encalados. Fue declarada Monumento Nacional en el 1954, y sus principales atractivos son su Plaza Mayor, reconocida como la más grande de Sudamérica con sus 14 mil metros cuadrados, y el Museo del Carmen, organizado en un convento. Muy cerca del pueblo se encuentra el pintoresco Convento del Santo Ecco Homo, convento dominico del siglo XVII, y la Cascada de Guatoque, de 80 metros de altura.
Barichara; 190 kilómetros al norte de Villa de Leyva, este pueblo colonial de calles adoquinadas, edificios encalados y casas de estilo andaluz con techos de tejas rojas parece el decorado de una película de época. Declarado como Monumento Nacional en el año 1975, su aspecto es simplemente perfecto. Pero, además, sus calles y plaza rebosan de vida, convirtiendo a este pueblo en la base perfecta para explorar una serie de lugares cercanos como; el pueblo de Guane, un pueblo aún más pequeño e igual de hermoso, al cual se accede por un camino rural que es posible recorrer caminando en apenas un par de horas, permitiendo apreciar con la calma necesaria los acantilados y cumbres cercanas; Cañón de Chicamocha, espectacular y profundo cañón, escenario perfecto para realizar actividades al aire libre como el rafting o parapente, o simplemente apreciar el paisaje desde la comodidad del teleférico que asciende hasta su mirador;
Girón; a 125 kilómetros al norte de Barichara, y apenas 10 kilómetros de la bulliciosa ciudad de Bucaramanga, capital de la provincia de Santander, este tranquilo pueblo ofrece la oportunidad de tomar un descanso en la ruta, o simplemente dormir en un entorno con más encanto antes de tomar el vuelo al siguiente destino desde Bucaramanga. Monumento Nacional desde 1963, Girón ofrece todo el set necesario para ser considerado como tal; estrechas calles adoquinadas por los que circulan carros tirados por caballos, edificios encalados, balcones y terrazas embelesados con flores, y patios sombríos ofreciendo un respiro del sol.
Parque Nacional El Cocuy, aunque no se encuentra exactamente sobre la ruta de los pueblos coloniales, su acceso se realiza indistintamente desde Villa de Leyva, Barichara o Bucaramanga (Girón). Como su acceso requiere invertir al menos 8 horas de carretera, es obligatorio hacer noche en la zona para poder explorar este impresionante paisaje, coronado por 15 cumbres que superan los 5000 msnm. La zona ofrece inmejorables paseos por el día, o la posibilidad de realizar una ruta de senderismo de varios días. 
Playa de Belén; a unos 200 kilómetros al norte de Girón, este pueblo en miniatura ha cuidado hasta el último detalle para embrujar los sentidos al visitante, a pesar de lo cual recibe muy pocos visitantes. Por ende, se mantiene más auténtico que la mayoría de otros pueblos incluidos en la ruta. Además, se encuentra situado, en medio de un paisaje muy singular, conformado por formaciones de roca muy peculiares. Se trata del Área Natural Los Estoraques, y en su interior se puede apreciar como la acción del agua, viento y temblores han esculpido impresionantes columnas y cuevas naturales sobre la roca arenisca predominante en la zona.  
Mompós; a 160 kilómetros al norte de Playa de Belén (y unos 300 kilómetros al sur de Cartagena de Indias o Santa Marta), la ciudad fluvial de Mompós es sin duda una de las ciudades con más encanto y más bellas del norte de Colombia. Su similitud con la imaginaria ciudad de Macondo, descrita por García Márquez en su libro Cien Años de Soledad, le otorga un halo de magia que sus iglesias multicolores, calles adoquinadas, malecón fluvial y atmósfera aletargada no hacen más que justificar.
 
Los Llanos
Esta enorme y a la vez desconocida región de Colombia es uno de los destinos más inesperados e interesantes del país. Se trata de una inmensa llanura, de unos 375.000 kilómetros cuadrados, que comparten a partes muy iguales Colombia y Venezuela. En Colombia, esta zona comienza al sureste de Bogotá, y se extiende hasta la misma frontera con su vecino, cubriendo un 20% de la superficie total del país. Es una zona cubierta extensas sabanas cubiertas de praderas inundadas, exuberantes bosques y ríos salvajes que se derivan de la vasta cuenca del Orinoco. Una región apta para la ganadería extensiva y la agricultura, y que durante décadas estuvo cerrada al turismo debido a la inseguridad provocada por la presencia de la FARC y los cárteles de la droga. Sin embargo, ahora mismo es una región segura que espera la llegada de los extranjeros, para quienes el mayor atractivo radica en la posibilidad de descubrir su abundante fauna, la cual incluye hasta 200 especies de mamíferos y más de 700 especies de aves. Las haciendas, aquí llamados “hatos”, ofrecen los alojamientos más atractivos, y son ellas mismas quienes organizan los safaris en todo terreno. Para quienes gustan montar a caballo, Los Llanos ofrece multitud de oportunidades para descubrir los paisajes y la fauna de una manera más íntima, o ayudar en la tarea del arreo del ganado, siempre en compañía de los “llaneros”, el equivalente a los gauchos de Patagonia. Los atardeceres en Los Llanos son probablemente los más espectaculares de todo el país, y suelen ser seguidas por la “parranda llanera”, una cena acompañada de una fogata y música en vivo. Arpas, guitarras y maracas dan forma a las canciones llaneras que cuentan historias de aventuras, amor, naturaleza y tradiciones. El punto de acceso más recomendado para acceder a esta región es la ciudad de Yopal, la cual cuenta con aeropuerto.
Caño Cristales; en el extremo sur de Los Llanos, inmerso en corazón del Parque Nacional de la Macarena, Caño Cristales es una remota y exuberante zona de selva salpicada de pequeños ríos y cascadas de aguas cristalinas. Una zona de por si muy hermosa, que ve aumentar su espectacularidad entre los meses de julio y noviembre, cuando de forma natural las algas acuáticas (Macarenia clavigera) se encienden de vivos y variados colores, ofreciendo un impresionante espectáculo de sublime belleza. La temporada de color en Caño Cristales comienza el 15 de junio y finaliza el 15 de noviembre. Se pueden realizar vuelos domésticos ciertos días de la semana desde Bogotá a La Macarena directo (durante la temporada de color) o vía Bogotá – Villavicencio – La Macarena (todo el año). 
 
Costa del Pacífico
Sin duda se trata de una de las regiones más salvajes y vírgenes del país, la cual recibe muy pocos visitantes debido a su difícil acceso y a la falta de infraestructura hotelera. Sin embargo, sus variados y espectaculares encantos bien valen la pena la visita. Aquí, la espesa selva llega hasta el mismo límite de las playas de arena gris, pozones de aguas termales ofrecen una visión surrealista en medio de la jungla , y en el mar abundan ballenas y delfines que se dejan ver desde la playa. Los hospitalarios habitantes de esta región son indígenas que viven en pequeñas aldeas, siempre a orillas de los ríos que desembocan en el mar, y se dedican tanto a la agricultura como a la pesca. La mejor temporada para el avistamiento de ballenas jorobadas, las cuales viajan desde la Antártica para aparearse, va desde julio a octubre. De septiembre a diciembre también es posible observar tortugas marinas desovando en las mismas playas que las vieron nacer. El punto de acceso por avión más común a esta zona es Nuquí, desde donde es posible explorar y disfrutar de la mayoría de atracciones que ofrecen los pueblos, playas y bahías de la costa.

Cali y la Ruta Arqueológica
A poco más de 400 kilómetros al sur de Medellín (y una distancia similar desde Bogotá), la ciudad de Cali (2,4 millones de habitantes) no despierta el interés de los extranjeros, a pesar de contar con una memorable vida nocturna que se mueve al ritmo de la Salsa. Galante de una gran diversidad racial, en Cali la salsa constituye mucho más que un baile, siendo algo así como una religión, un factor de unión y orgullo de sus habitantes. 
Cali es, además, el punto de inicio o término de la ruta arqueológica que recorre los paisajes al sur y al este de la ciudad.
Popayán; a unos 150 kilómetros al sur de Cali, Popayán es una ciudad colonial mucho más pequeña y entrañable. Enclavada al pie de una impresionante sierra, también se le conoce como la Ciudad Blanca, por el encalado de sus casas y edificios, y sin duda es una de las ciudades coloniales más bellas del país. Además de sus encantos propios, Popayán constituye la base ideal para realizar excursiones diarias a los yacimientos arqueológicos más sobresalientes de la región.
Silvia; este pequeño y encantador pueblecito acoge cada martes uno de los mercados más auténticos de toda Colombia, al que acuden principalmente los miembros de la comunidad “guambiana” que vive en los pueblos de los alrededores. Con apenas unos 10.000 miembros, esta comunidad está considerada una de las más tradicionales del país, pues hablan su propia lengua, y continúan usando técnicas agrícolas ancestrales.
Parque Arqueológico de San Agustín; 140 kilómetros al sur de Popayán, este parque arqueológico alberga más de 100 estatuas talladas en roca, pertenecientes a la cultura precolombina de San Agustín que se extendió en esta región del sur de Colombia entre los siglos XXXII a.C. hasta el siglo XVI de nuestra era. Se cree que la mayoría de estatuas formó parte de la parafernalia fúnebre de los antiguos pobladores de esta región, y estuvo relacionada con sus ritos funerarios, el poder espiritual de los muertos y el mundo sobrenatural. 
Tierradentro; el segundo yacimiento en importancia de Colombia, lo más notable de Tierradentro son sus más de cien tumbas subterráneas, únicas en su tipo de toda Sudamérica. En realidad se trata de 5 yacimientos repartidos por las montañas, cerca del pequeño pueblo de San Andrés de Pisimbalá, de los cuales 4 contienen tumbas, de entre 2 y 7 metros de diámetro, y otro contiene únicamente estatuas de piedra, parecidas a las de San Agustín.
Desierto de la Tatacoa; equidistante entre Popayán y Bogotá (unos 330 kilómetros en ambas direcciones), se encuentra este impresionante paisaje de acantilados y cañones que ha sido moldeado en el tiempo por las poco frecuentes lluvias de la zona. Aunque en realidad no se trata de un desierto propiamente tal, sus altas temperaturas y ausencia de lluvias definen a esta árida zona, de unos 350 kilómetros cuadrados, que no se parece en nada a ningún otro paisaje en Colombia. 
 
La Guajira
Esta estrecha y árida península constituye una de las regiones menos visitadas del país, principalmente debido al extenuante calor que la azota durante todo el año, la falta de infraestructura turística y una buena conectividad. Sin embargo, esta indómita región ofrece paisajes de ensueño que rivalizan en belleza con el de las montañas, selvas y valles del resto del país, por lo que los más aventureros no dudan en explorar sus vírgenes playas. Entre todas, Punta Gallinas, el punto más septentrional de Sudamérica, es sin duda la joya de la corona. Aquí, su salvaje playa de arena blanca y aguas esmeralda aparece flanqueada de dunas anaranjadas que caen abruptamente sobre el mar, regalando una imagen de extraordinaria belleza.
 
Cuenca del Amazonas
La zona que los colombianos reconocen como Amazonas es una gigantesca región de selva impenetrable, fauna salvaje y remotos ríos que cubre más de 600.000 kilómetros cuadrados en la esquina sureste del país (una región más grande que España). En su interior no existen pueblos, carreteras ni aeropuertos, por lo que la única manera de visitarla es accediendo por aire a la poco atractiva ciudad de Leticia, junto a la triple frontera con Brasil y Perú. Aunque menos desarrollado que las regiones similares de sus vecinos, la sección colombiana del Amazonas sigue ofreciendo la posibilidad de gozar de una experiencia auténtica en la selva mediante excursiones diarias a los afluentes más pequeños del río Amazonas.
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