Bucarest
La capital de Rumanía se encuentra entre la ladera sur de los Cárpatos y el río Danubio. Primero fue capital de la región de Valaquia (S. XVII), una de las ciudades más ricas del sur de Europa, y luego pasó a ser la capital de Rumania en el 1862. Vivió su mayor esplendor a comienzos del S. XX, cuando se construyeron edificios neoclásicos y elegantes parques de inspiración francesa, hasta el punto de que se le llegó a conocer como la “Pequeña Paris del Este” por sus largos bulevares, sus edificios afrancesados, sus numerosos parques y jardines y, por supuesto, por el Arco del Triunfo. Los bombardeos aliados de la segunda guerra mundial, y luego los terremotos de 1940 y 1977, derribaron numerosos edificios, destruyendo en parte la belleza de la ciudad.
Entre sus edificios y sitios de mayor interés se encuentran:
Palacio del Parlamento,
el segundo edificio administrativo más grande del mundo, después del Pentágono de los Estados Unidos, también conocido como La Casa del Pueblo. Construido en 1984, cuenta con 12 plantas y unas 3.100 habitaciones que ocupan 330.000 metros cuadrados y permiten admirar la riqueza de Rumania en piedra, mármol y madera. Solo se admiten visitas guiadas.
Plaza de la Universidad, situada en lo que se podría llamar el centro de la ciudad, está rodeada de magníficos edificios antiguos, edificios del gobierno y universitarios, restaurantes y bares.
Ciudad Vieja, situada al sur de la plaza de la Universidad, es un agradable y turístico centro urbano. Aquí se encuentra la Iglesia de la Corte Vieja (la más antigua en Bucarest) y el Museo Nacional de Historia.
Plaza de la Revolución, al norte de la plaza de la Universidad, aquí fue donde Ceausescu dio su último discurso el 21 de diciembre de 1989, justo antes de escapar.
Plaza de la Victoria, marca el límite norte del centro de Bucarest, y es un importante nudo viario.
Museo Nacional de la Aldea, situado a orillas del lago Herastrau, ofrece una extensa muestra al aire libre de viviendas, iglesias y molinos trasladados hasta aquí desde las zonas rurales de Rumania. Buena elección para ir con niños.
Región de Valaquia
Región ubicada entre los Cárpatos y el Danubio, en la franja sur del país, no cuenta con el mismo número de atractivos naturales e históricos de Transilvania o Moldavia, pero destaca por su importancia en la historia del país.
Curtea de Arges, pequeña y encantadora ciudad, antigua capital de Valaquia (S. XIV). La iglesia de San Nicolás, en la antigua corte real, está considerada como uno de los monumentos más antiguos de Rumania que ha preservado su aspecto original. También aquí está el monasterio Curtea de Arges que está construido en piedra blanca y acoge importantes tumbas reales. Sus frescos son originales y se encuentran en un muy buen estado de conservación. Se haya a las puertas de las montañas de Fagaras y cerca del “verdadero castillo de Drácula” de Vlad Tepes situado en la Ciudadela de Poienari. Esta vigila la entrada al estratégico paso que une Valaquia y Transilvania. Aquí, Vlad Tepes (1431-1476) amplió el castillo original hasta convertirlo en una fortaleza con cárcel, construida por prisioneros turcos. Aunque hoy en día no quede mucho del castillo, sigue valiendo la pena subir los 1480 peldaños que van desde la carretera al castillo, solo por contemplar las espectaculares vistas desde la cima.
Región de Transilvania
Transilvania ofrece los que probablemente son los mejores paisajes de montañas, castillos y fortalezas del país. Los Cárpatos permiten disfrutar de muchas actividades al aire libre, como senderismo, MTB, cabalgatas y esquí. Además, acoge a media docena de ciudades muy bellas y con un gran patrimonio histórico y cultural, como son Brasov, Sighisoara y Sibiu. En su historia, durante más de mil años, Transilvania estuvo ligada a Hungría, hasta finales de la primera guerra mundial. Además de las tribus húngaras que se asentaron en la región, acudieron mercaderes sajones (alemanes), cuya presencia fue muy importante dejando su impronta en la arquitectura y cultura de la región.
Sinaia:
Rodeada de grandes peñascos rocosos pertenecientes a las Montañas Bucegi
(2.500 msnm) este hermoso pueblo es conocido como “La Perla de los Cárpatos”, y es el epicentro del senderismo y el ciclismo de montaña en verano, y del esquí en invierno. Pero además alberga algunos atractivos históricos sobresalientes. A pocos metros del centro se encuentra el Castillo de Peles, probablemente el castillo más mágico de Rumania, con torres y grandiosos vestíbulos de estilo morisco, florentino y francés. Se comenzó a construir en el 1875 y tardó 39 años en estar terminado. Fue el primer castillo en Europa en contar con calefacción central, electricidad y aspiradora, y se construyó como residencia de verano del rey Carlos I. En el pueblo también se encuentra el Monasterio de Sinaia, construido por el Príncipe Cantacuzino en el año 1695 y bautizado con el nombre del Gran Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí en Egipto.
Brasov:
Encantadora ciudad de aire sajón con un centro de calles adoquinadas, plazas, terrazas y cafeterías. Hay mucho ambiente bohemio, y la arquitectura de sus edificios es heterogénea y fascinante. La Iglesia Negra
(1383-1480), es la mayor iglesia gótica que hay entre Viena y Estambul, a la que aún asiste la comunidad luterana alemana de la ciudad. Su órgano (1839) de 4000 tubos es uno de los pocos que se preservan en su estado original en el mundo. La Plaza Sfatului
es el centro de la ciudad medieval, rodeada de edificios históricos, como la torre de los trompetistas. El Monte Tampa, domina la vista de la ciudad, y se puede acceder a su cumbre mediante un teleférico. La Muralla, de 12 metros de altura, rodea a ciudad vieja por 3 km de largo y fue construida para defender a la ciudad de los turcos. Barrio de Schei, es donde vivían recluidos los rumanos, fuera de los límites de la muralla, durante la época sajona. Observación de osos; estos animales son fáciles de encontrar en los bosques que rodean la ciudad, y es una atracción local el organizar una excursión para salir a verlos.
Bran:
Pequeño pueblo en las montañas, más conocido por albergar el famoso Castillo de Drácula. Construido en el año 1382 por los sajones de Brasov para defender el paso de Bran de los turcos, el castillo se encuentra rodeado de llanuras y escoltado por grandes montañas. El castillo, que tiene 60 metros de altura y está fuertemente restaurado, resulta realmente impresionante. El castillo sirvió como residencia real hasta la abdicación del último rey rumano, en 1947.
Sighisoara:
Encantadora ciudad amurallada, con una ciudadela medieval protegida por la UNESCO, quizás la mejor preservada de Europa, y lugar de nacimiento de Vlad Tepes, el Empalador, quien dio origen a la leyenda de Drácula. Su estrechas y adoquinadas calles, flanqueadas por casa de colores y de techos de dos aguas, parecen salidas de un cuento de hadas. Conserva 9 de las 14 torres originales, que llevan el nombre de los gremios que las defendían, y dos de los 5 bastiones originales. Sus atractivos más sobresalientes son la Torre del Reloj, que data del año 1280 y mide 64 metros de altura, y sus paredes tienen 2,35 metros de espesor. El reloj es de 1648 y contiene un carrillón de estatuillas de 80 cm talladas en madera. Cada una representa una alegoría (Paz, Justicia…). Otro de los atractivos de la ciudad es Iglesia de la Colina, a la cual se llega tras superar 172 escalones de una escalera cubierta hasta en el punto más alto de la ciudad (429 metros). Finalmente, Casa Drácula, la casa donde habría nacido Vlad Tepes en el año 1431 y que hoy está totalmente restaurada y convertida en un restaurante.
Sibiu:
Capital Europea de la Cultura en el 2007, Sibiu es una encantadora ciudad que cuenta con un laberinto de calles adoquinadas y plazas barrocas. Sin duda se trata de la joya cultural de Rumanía, con la ciudadela amurallada más grande y rica construida en Transilvania en el siglo XII por los colonos alemanes. El primer hospital, la primera escuela, la primera biblioteca y escuela de Rumania se abrieron en esta ciudad.
Es una ciudad bohemia, pero a la vez señorial. Sus principales atractivos son su Plaza Mayor, su Plaza Menor, el Puente del Mentiroso y la impresionante Catedral Evangélica.
Salina Turda;
mina de sal formada hace unos 14 millones de años, que fue explotada por los romanos, se extiende por 45 km2 en el subsuelo, a más de un kilómetro de profundidad. Un ascensor permite bajar y visitar la mina, dando un paseo por los pasadizos y distintas salas donde se aprecia sus enormes proporciones y las estalactitas de sal petrificada. En su interior se montado un anfiteatro, una bolera y un embarcadero desde el cual asaltar sus lagos subterráneos.
Targu Mures; una mezcla de cultura rumana, alemana y húngara. Durante el recorrido por la ciudad se pueden admirar los monumentos históricos de la ciudad, como el Palacio del Apollo construido en estilo barroco, el edificio antiguo de la Prefectura del siglo XVIII, la biblioteca Teleki y la catedral ortodoxa, que alberga el área pintada más grande en una iglesia ortodoxa en Rumania.
Prejmer;
pequeña aldea donde se encuentra la iglesia fortificada de Prejmer, construida por los caballeros teutones a comienzos del siglo XIII, y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Dentro de la fortificación hay 272 habitaciones, una para cada familia de la aldea, una iglesia terminada en 1225 y una escuela.
Iglesias Sajonas Fortificadas:
Se encuentran en las tierras sajonas de la meseta de Tarnave. Son el vestigio de la presencia de los alemanes, la mayoría originarios de la región de Franconia, que fueron invitados a poblar Rumania a partir el año 1123 por un rey húngaro. A partir del siglo XV, muchas los asentamientos sajones y sus iglesias fueron fortificados para defenderse de las incursiones turcas. Tras la revolución de 1989, los sajones abandonaron el país. La Iglesia de Biertan
es una de las más espectaculares y mejor conservadas del país, situada en lo alto de una colina, rodeada de casas coloridas, y de viñedos y pastos. Su presencia ofrece una visión alucinante. Fue la sede del obispado luterano de 1572 a 1867, y Patrimonio de la Humanidad desde 1993. Existen al menos una docena de otras iglesias fortificadas esparcidas por la campiña de la región, una de las zonas rurales más auténticas de Rumanía.
Región de Maramures
Considerada como la región más tradicional de Rumania, con sus iglesias de madera coronadas por campanarios y sus casas rurales con puertas de madera tallada. Se trata de un lugar auténticamente rural, quizás el último bastión rural de Europa. Las iglesias de madera proliferaron a partir del siglo XVII cuando los rumanos ortodoxos no tenían permitido construir iglesias de piedra por parte de las autoridades húngaras. Las iglesias actuales, 8 de las cuales están declaradas Patrimonio de la Humanidad, corresponden al siglo XVIII y XIX, y a pesar de su aspecto exterior envejecido, en su interior son acogedoras y coloridas, y están decoradas con vívidos frescos de motivos religiosos naif y escenas rurales. Solían construirse con madera de roble, tener los techos muy inclinados y cubiertos con tejas de madera, y coronados por agujas de unos 50 metros de altura.
Baia Mare
es la capital de la región de Maramures, y alberga un precioso casco antiguo centrado alrededor de la Plaza de la Libertad, flanqueada por edificios del siglo XVI reconvertidos en restaurantes y cafeterías con mucho encanto. La capital suele ser usada como la base desde la cual visitar algunas iglesias de madera de la región, entre las que destaca la Iglesia de Surdesti
(1721), de 72 metros, una de las más espectaculares de la región y Patrimonio de la Humanidad.
Región de Moldavia
Esta región es mucho menos visitada que otras del país, conocida por su gente amable y sus onduladas llanuras. En el tercio norte de la región de Moldavia, muy cerca de la frontera con Ucrania, se encuentra una región conocida como Bucovina, la cual es famosa por los monasterios pintados que fueron construidos en la Edad Media por los poderosos gobernantes rumanos. Estos 22 monasterios se encuentran entre los más valiosos del cristianismo, y la mayoría aún conserva sus frescos interiores como una parte importante de sus frescos exteriores.
Entre los monasterios más destacados de la región se encuentran:
Monasterio de Dragomirna
(1609), aún habitado por un grupo de monjas, presenta un elaborado fresco representando a la Santísima Trinidad.
Monasterio de Humor
(1530), rodeado de murallas y con una torre de vigía, ofrece una de las colecciones de frescos más variadas y valiosas. (UNESCO)
Monasterio de Moldovita, del siglo XVI, presenta maravillosas pinturas de oro y azul intenso y grandes frescos como el Asedio de Constantinopla. (UNESCO)
Monasterio de Sucevita, construido como una fortaleza al final del siglo XVI, es la última de las 22 iglesias pintadas de Bucovina y tiene el mayor número de imágenes pintadas. (UNESCO)
Monasterio de Voronet, el más famoso de Rumanía. Fue construido al final del siglo XV por Esteban el Grande y es conocido en todo el mundo como la Capilla Sixtina del Este debido a sus extraordinarias pinturas interiores y exteriores que presentan un color azul intenso, conocido como el Azul de Voronet. (UNESCO)
Museo de Huevos Pintados, en Vama, atesora la colección de huevos pintados más grandes de Rumanía y una de las más importantes de Europa.
Costa del mar Negro y Delta del Danubio
La línea de costa del Mar Negro de Rumanía alcanza los 250 kilómetros de extensión, y se encuentra dividida nítidamente en dos porciones; el Delta del Danubio en la mitad norte, y las playas y balnearios de la mitad sur.
Delta del Danubio:
tras recorrer casi 3.000 kilómetros y atravesar medio continente, el imponente río Danubio alcanza la costa de Rumanía, creando un inmenso humedal de 4187 km2 surcado por canales y marismas cubiertas de juntos, y salpicados por esporádicos pueblos de pescadores. La zona está en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, y es un paraíso para los amantes de las aves, de la pesca y para quienes buscan la tranquilidad de una naturaleza virgen. La zona también ofrece largas y vírgenes playas salvajes donde disfrutar del mar y de los excelentes pescados y mariscos del delta. En el corazón del delta se encuentra Tulcea, una pequeña ciudad de 100.000 habitantes que constituye la mejor base para explorar la zona mediante excursiones en barco que navegan sus canales.
Costa del mar Negro: al sur del delta, con epicentro en la importante ciudad portuaria de Constanza, el litoral rumano del mar Negro está salpicado de numerosos complejos turísticos y, más importante, de muchos vestigios que atestiguan la antigua y prolongada presencia de Grecia y Roma en la zona. Al norte de Constanza se encuentra Mamaia, una estrecha franja de arena de apenas 1 kilómetros de largo, y que constituye el destino de playa más exclusivo de Rumanía. Mucho más al sur, junto a la frontera con Bulgaria, Vama Veche
es otro centro turístico rumano enfocado en sus playas, pero en este caso el ambiente es más relajado y familiar, con alojamientos más sencillos. Por su parte, las ruinas de la antigua ciudad griega de Histria, situada al norte, cerca de los límites del delta, permite explorar los restos de este importante puerto fundado en el año 657 a.C. y que fue finalmente abandonado en el siglo VII d.C.